07 octubre 2017

Haikú al sol




Fin del otoño
al ras del horizonte
bosteza el sol.



Laten los pulsos 
de tu mano y la mía
sobre la mesa.



Caigo en picado
al fondo del abismo
cuando te acercas.



Leo en tus ojos
las páginas vacías
donde no existo.



En la terraza 
desierta de tu casa
solo silencio.



Salen las nubes
no se sabe de donde
y tú no llegas.



Entre las ramas
de los robles el viento
hace sus nidos.



Cuando te veo 
algo de mi se eleva
al infinito.



Siento el espasmo
de tu cuerpo encendido
en otros brazos.




Nos encontramos
después de tantos años
como si nada.



Desde el hotel
me ofreces en tu coche
la despedida.



El herrerillo
se posa en el alambre y
desaparece.



En la rendija
las gotas del alero
golpean la hoja.



Vas caminando
por el sendero helado
del precipicio. 



El sol alumbra
las copas de los árboles 
que el viento agita.



Nieve en el aire
nubes de madreperla
broche prendido.





Las calles limpian
por la noche sus dientes
de transeúntes.





La luz del norte
brilla como una hoja
de guillotina.